Conocido como “un milagro de Dios sobre el abismo” una joya que se levanta sobre el cañón del Río Guáitara. Según la leyenda, la indígena María Moisés y su hija Rosa, vieron la imagen de la Virgen en el año 1754, lo que motivó a los devotos a la construcción del templo. Cercano a la ciudad de las nubes verdes, como se lo reconoce a Ipiales, se erige este imponente templo que junto a la gastronomía del corredor el charco, el carnaval multicolor de la frontera, el Museo del oro y sus paisajes se convierten en un referente en el sur del país.
Tiene una extensión total de 5.989 hectáreas, una temperatura promedio de 9 grados enclavada en lo alto de la montaña a una altura de 2.760 m sobre el nivel del mar y una temperatura que oscila entre los 11 y 13 grados, su paisaje es armonioso y tranquilo, ideal para el descanso. Mide 20 kilómetros de largo por 5 kilómetros de ancho y en la parte más profunda tiene 75 metros, está rodeada de apacibles bosques y es navegable hasta la isla de Corota.